Cómo escribir “guías definitivas”: ¡LA GUÍA DEFINITIVA!

Una mirada irónico/crítica a un tema de actualidad, y de elevado impacto negativo sobre la marca personal de algunos “expertos”

Vladimir Estrada
Personas que Marcan

--

¡DEFINITIVO!

Amigo lector:

Recibe como de costumbre mi más cordial y agradecido saludo por tu nueva o primera visita a este, mi espacio de blogging en la genial plataforma creativo/productiva y de difusión llamada Medium. Llegué aquí a principios de 2016, tras la huella y las enseñanzas de la academia viviente de los blogs en español, el gran veterano Antonio Cambronero; y aquí he permanecido desde entonces, compartiendo mi presencia en este espacio con lo que hago en otros varios sitios en la red (por ejemplo, la importante y prestigiosa revista digital Puro Marketing), y recopilando poco a poco en este blog toda mi producción intelectual de perfil profesional generada fuera de él, junto a todo lo que creo aquí mismo. Una de las grandes ventajas que destacan a esta plataforma sobre sus competidoras es que puedes difundir aquí todo lo que haces en otros blogs, sin temor a la penalización por contenido duplicado. Este post que ahora lees, por ejemplo, es totalmente nativo de Medium; pero por ejemplo, Marca personal: no eres (ni puedes ser, ni debes sentirte) el modelo universal, fue publicado originalmente en Puro Marketing; y mi trabajo de 2018 Marca personal y empresa: la otra verdad, lo fue en el blog de Soymimarca, el espacio líder en contenidos sobre personal branding en lengua española. Y ahora los tienes aquí en mi blog a tu disposición, con otro formato, ampliados, y enriquecidos con nuevos elementos de contenido.

Hoy desarrollo para ti un tema muy delicado y complejo, potencialmente generador y/o reforzador de desavenencias y eventualmente de alguna que otra enemistad (pues como bien sabemos, de todo hay en la viña del Señor). Pero en mi opinión, es un tema MUY NECESARIO; y alguien tiene que decir de una buena y “definitiva” vez este tipo de cosas, duélanle a quien le duelan. Yo las diré (obviamente) sin ninguna intención de herir a nadie, sino únicamente para contribuir a la mejora colectiva.

Como elementos introductorios, te propongo una breve aclaración inicial tuiteada hace unos cuantos días sobre quiénes son los personajes aludidos en el post, una segunda posición muy personal relacionada con el tema del mismo que también he tuiteado recientemente, y luego de ambas, algunas precisiones conceptuales muy básicas.

Primera aclaración: la tienes condensada en el tuit a continuación.

Está claro, ¿cierto? Vender humo es lo que hacen quienes se proyectan, publicitan y mercadean como expertos en un tema sin acercarse siquiera a la verdadera profesionalidad en el mismo. Y por supuesto, muy frecuentemente (NO SIEMPRE -como ya he planteado y ejemplificado con los casos de Antonio Cambronero y Vilma Núñez en mi trabajo anterior Marca personal: conversando con Pablo-, pero sí MUYYYYY FRECUENTEMENTE) el autor de una “guía definitiva” no es otra cosa que un vendedor de humo. Y pretendo demostrártelo en este post.

Segunda aclaración: mira el tuit que sigue.

¿Queda suficientemente claro lo que siento y cómo pienso al respecto, verdad, amigo lector? ¡Me lo comentas luego, por favor!

Los productos intelectuales titulados como “definitivos” cuyos autores quieran honrar y legitimar ante sus públicos dicho nombre, deberían tener una calidad, una novedad, un aporte de valor diferencial, un impacto transformacional y una durabilidad útil de tal magnitud, que solo unos pocos, muyyyyy pocos autores entre los muchos que inundan la red con ese tipo de propuestas, poseen solidez intelectual, solvencia profesional y legitimidad de marca suficiente como para proponernos un título así como recurso mercadotécnico; porque solo ellos pueden después justificar, con la inmensa e inabarcable calidad del contenido, el enorme peso y la elevadísima “carga reputacional” de tal título.

Es que el concepto abarcado por la palabra “definitivo” tiene una connotación demasiado poderosa para que lo banalicemos, especialmente en una época en la que todo cambia tanto prácticamente todos los días; y perdurar en la preferencia de los públicos con dicho alcance e impacto— “después de esto no hay nada más, y esto durará por siempre”- exige muchíííííííííísimo nivel cualitativo a cualquier creador. ¡Muy pocos productos intelectuales ameritan realmente ser titulados así!

Y lamentablemente, en la red abundan y hasta proliferan “guías definitivas” en diversos idiomas (y sobre casi todo tema); y cuando lees la inmensa mayoría de ellas — al menos, esa es mi experiencia-, puesNADA. Lo que hoy te presento es una suerte de “sátira metodológica” del “proceso creativo/productivo” que muy probablemente siguen muchísimos de los autores de esas taaaannn abundantes “guías definitivas” (básicamente, yo les propongo la forma en que ellos, siendo como son, sabiendo lo que saben y pretendiendo lo que pretenden, deberían “elaborar” sus fabulosas guías); y en la segunda parte del post, un abordaje crítico, analítico y propositivo “en serio” de este lamentable asunto.

Vamos al rollo, amigo lector. Gracias por ser, por estar, por acompañarme hoy y siempre.

Definiendo tu marca: la marca personal PERFECTA

Una breve aproximación introductoria al origen de la mayor parte de las “guías definitivas”: la sobredimensión ególatra que debes asumir, incorporar y practicar en tu vida desde hoy mismo, sí o sí

Amigo lector:

Como introducción imprescindible a esta Guía Definitiva sobre Cómo Escribir Guías Definitivas, debo proponerte algunas ideas breves que preparen tu mente y tu espíritu para lo que vas a leer y hacer después. Porque una verdadera Guía Definitiva solo puede ser escrita desde un estado muy especial y único de hiperelevación espiritual, emocional e intelectual. Si quieres escribirla utilizando mi guía, tienes que asumirte tú mismo como definitivo: solo alguien definitivo puede escribir Guías Definitivas.

Hay muchísimas personas creyendo torpemente — ¡todavía, y parece que la cifra crece a diario, qué tendencia tan peligrosa y alarmante, por Dios!- que la calidad humana, la relación armoniosa con los demás, la vocación de servicio y su concreción a través de la práctica de servir, la humildad bien entendida, el aporte sistemático de valor de utilidad social, la modestia, la sencillez, el compañerismo, la camaradería, la sensibilidad, la solidaridad, y otras tonterías semejantes, son realmente importantes a los efectos de gestionar y posicionar una marca personal en la mente de quienes interactúan con la persona que es y deja dicha marca.

Como explorador consuetudinario de la red y observador sistemático de los comportamientos de mis colegas navegantes, puedo citarte a muchísimos “representantes” de esa errónea visión del tema; pero para no alargarte demasiado esta introducción definitiva, me limitaré a una lista breve (con el único objetivo de ofrecerte algunos modelos de lo que NUNCA DEBES HACER) : Guillem Recolons, Eva Collado, Ylse Roa, Pablo Adán, Nancy Vázquez, Graciela Valdéz Vera, Ernesto Scardigno, Joan Clotet, Mar Castro, Amparo Donaire, Celia Hil, Arancha Ruiz, Rocío Ames, Fran Segarra, Jordi Collell, Neus Arqués, Jane Rodríguez del Tronco, Nilton Navarro, Meme Romero, Alex Durán, Silvia Saucedo, Mariángeles Berna, Ximo Salas, Ilana Berenholc, Gloria Sandoz, Enrique Brull, Nohelis Ruiz, Paula Fernández Ochoa, Raquel Gómez, Antonio Cambronero, Elena Arnáiz, Ricard Lloria, Erika Martín, José Miguel García P, Grace Salazar, Elena del Real, Nelson Emilio, Sonia R. Muriel, Mayte Pinto, Inge Sáez, Sonia Grotz, Helen Gómez, Francis García, Joanna Prieto, Gustavo Pérez, Eva Larrarte, Cristina Mulero, Fátima Martínez, Alicia Ro, Luigi Centenaro, Yael Bern, Soraya Fares, Rubén Montesinos, David Barreda, Maxi Peñas, Concepció Llauradó, Jesús González Amago, Ana María Pérez, Javier G. Alvarez, Roberto Arancibia, Marco F. Novo, Edith Verdejo, Marco Tomasone, Jaume Mañá, Alberto Gómez, Laura Ferrera, Yolanda Fortes…y un largo etc. Te sugiero encarecidamente analizar con cuidado extremo e identificar cada fallo en las supuestas “buenas prácticas” de toda esta gente…y por supuesto, hacer TOOODO LO CONTRARIO a lo que ellos hacen, jejeje. ¡POR FAVOR!

Como seguramente sabes si por casualidad me has leído antes, me encanta andar investigando mitos y proponer las verdades que a mi juicio se les oponen; por tanto, me propongo desmontar a continuación ese tremendo mito sobre la calidad humana y demás hiernas aromáticas del que te hablaba dos párrafos atrás, y te lo ejemplificaba en el anterior a este. Porque de acuerdo a los resultados de mis investigaciones (como seguro sabes, soy un “investigador definitivo”, jejeje), LA CLAVE DE UNA GRAN MARCA PERSONAL ES LA PERFECCIÓN, NO LA HUMANIDAD; y estas dos categorías son mutua y definitivamente excluyentes. Si quieres ser perfecto, no puedes ser humano; y el mercado exige perfección, no humanidad. Así de sencillo. Esa tontería de mi amigo Guillem de que las personas hablamos con personas, y otras similares o parecidas de muchos proponentes acerca de estos temas, deben ser DEFINITIVAMENTE sacadas de circulación.

Por cierto: recientemente me he reunido en la ciudad de Santiago de los Caballeros con Guillem, quien es uno de los más conspicuos representantes de esta equivocada y absurda “corriente de pensamiento”, y hemos estado intercambiando sobre el desarrollo del personal branding…o eso cree él, jajaja. Logré engañarlo; en realidad estaba diagnosticando su modelo de actuación personal y profesional, para utilizarlo como material de estudio demostrativo de lo que tú NO DEBES HACER, y proponértelo en esta Guía Definitiva y en otra que publicaré muy pronto.

Mira la evidencia a continuación. Observa cómo yo lo observo y escucho a él, detenida e inquisitivamente, para captar y memorizar los mínimos detalles de su “locura humanista”:

¿Vale? Soy todo un investigador definitivo, ¿verdad que sí?

NOTA AL MARGEN: Como te decía, dentro de algunas semanas te propondré una segunda Guía Definitiva de esta miniserie, titulada precisamente “Cómo ser una marca personal perfecta: LA GUÍA DEFINITIVA”. Será el definitivo complemento perfecto de la que ahora estás leyendo, aunque en algunos aspectos la antecede. FIN DE LA NOTA (que por cierto, es una NOTA DEFINITIVA).

Volviendo a mi post de hoy, una de las mejores formas que conozco y puedo sugerirte para acentuar, reforzar y difundir al mundo la perfección de tu marca personal, es proponer productos intelectuales que sean un fiel reflejo de ella. Una marca personal perfecta solo puede dar origen a productos perfectos y ser el resultado de estos; y la mejor forma de ofrecer al mundo esa perfección, es expresar desde el mismo título el carácter trascendental e imperecedero del producto que ofreces. Como sabemos, Dios es el único perfecto, y es eterno; por tanto, si tu marca personal debe reflejarte como el representante de Dios ante tus públicos, tú debes titular tus productos intelectuales de un modo que te aproxime cuanto sea posible a Dios. Y la mejor forma para conseguir eso es dar a tus productos carácter definitivo.

Que no haya dudas ni casualidades: cuando tú titules un producto así, como DEFINITIVO, todo el mundo quedará claro y convencido de que en ese campo y tema no queda nada más por decirhasta que tú mismo propongas tu próximo producto.

Y para ello, ¿qué mejor producto intelectual que una guía, que se supone hecha para guiar a otros en sus aprendizajes y sus desempeños? ¿Verdad?

Te lo dejo dicho “en verso”:

Cocinando tu “guía definitiva”

(Un “proceso” de 8 sencillos “pasos” que te sugiero comprar a este ínfimo precio de lanzamiento: ¡me han criticado mucho por venderlo tan barato, y no sé cuánto tiempo podré mantenerlo así!)

Primero que todo:

Olvida la impresión que tu título puede causar en los demás mortales (perdón: olvidaba que tú eres inmortal). Olvida que al usar el adjetivo definitiva, estás otorgando a tu propuesta carácter concluyente, conclusivo, y a partir de ahí, obvia y simbólicamente excluyente. Olvida que tal vez (¡solo tal vez, que no quiero ofenderte, por Dios!) no seas tú el único que sabe sobre el tema — asumiendo que sabes sobre el tema, jejeje-. Olvida que el buen marketing personal se basa esencialmente en la verdad y la honestidad. Olvida que tal vez, al encontrarse otra guía sobre tu tema, alguien interesado pueda compararlas, y tal vez (¡pero solo tal vez!), pueda hallar en la otra detalles importantes que la tuya no tiene, porque a un ser perfecto como tú se le pudieron pasar tales pequeñas cosas, porque es que abarcas tanto, tanto, tanto, que imagínate…Olvida tales pequeñeces, porque tu perfección está por encima de todo eso.

No importa que al leer tu título algunas personas sencillas y decentes te crean arrogante, presuntuoso, vanidoso, prepotente, ególatra ni pretencioso, porque saben que ese título tan ambicioso muy probablemente no se corresponde con tu verdadero nivel de profesionalidad. Tampoco es importante que haya otros colegas que hayan escrito, estén escribiendo o puedan más adelante escribir otras interesantes, instructivas y muy didácticas guías (definitivas o no) sobre el mismo tema. Tú eres el summum, el non plus ultra, y por tanto, la tuya es la DEFINITIVA. Que después de tu guía, cierren la puerta y boten la llave: bye bye. O como hace cierto tiempo se solía decir en mi Cuba bella: “al c…los albañiles, que se acabó la mezcla.

NOTA AL MARCEN: Dicen los expertos del Rincón de la Psicología, en un artículo titulado Personas arrogantes: La soberbia que nace de la ignorancia y la inseguridad, que “a la mayoría de la gente no le gustan las personas arrogantes, entre otras cosas porque nos hacen sentir mal, nos menosprecian y generan la sensación de inferioridad. De hecho, la arrogancia es una creencia de superioridad y autoestima exagerada que se manifiesta con afirmaciones excesivas y presuntuosas”. Y más adelante, citan a un relevante y muy reconocido clérigo (Fulton John Sheen) que plantea lo siguiente: “la arrogancia es la manifestación de la debilidad, el miedo secreto hacia los rivales”. ¡Ni se te ocurra hacerles el mínimo caso! ¡Están todos locos! FIN DE LA NOTA.

Segundo:

Comienza por el SEO, no por el tema ni por los conocimientos o las soluciones a aportar en forma de valor. Lo único que a ti realmente te interesa es rankearcreo que ese es el término que utilizan mis respetados amigos expertos en esos importantes aspectos del mundo online, de los cuales intento aprender cada día un poquito-. Antes de escribir una sola línea, piensa en las palabras clave y en los modos de posicionar y rankear en los buscadores tu guía definitiva, y no en el valor que ella pueda aportar a sus futuros lectores. Pues al final, como tú eres perfecto, cualquier cosa que digas será de extraordinario, único, galáctico, imprescindible, trascendente, insuperable, mítico y DEFINITIVO valor.

Y por supuesto, cuando les escribas un email de seguimiento o intentes luego venderles algo derivado de tu guía definitiva (inbound marketing mediante, of course) no olvides NUNCA proponérselo como “un contenido exclusivo de altísimo valor que hoy te estoy entregando” (y de paso, puedes encabezar así mismo el mensaje o el tuit o lo que sea de tu guía definitiva); y si se trata de un producto de pago, no olvides agregar que “no sabes por cuánto tiempo podrás mantener ese tan competitivo y favorecedor precio”. Pues viniendo de ti, no puede ser de otro modo, ¿verdad?

Tercero:

No te preocupes por si eres o no eres un verdadero experto en el tema de tu guía definitiva, ni por cuántos libros has leído o artículos escrito sobre ello, o cuántos cursos has tomado y sobre todo impartido, o cuántas investigaciones académicas has efectuado y validado sus aportes en la práctica social (el verdadero y más pertinente espacio para hacerlo), etc., etc., etc. Como podrás ver más adelante, hay literalmente decenas de “guías definitivas” en la red acerca de “tu tema” — y estas últimas comillas no van contigo, sino con los otros: pues, ¿cómo se han atrevido, sabiendo que TÚ existes?-, y por ende, no necesitas ser un verdadero experto para proponer “guías definitivas”.

Cuarto:

Explora. Determina cuáles son los dos o tres temas que mayores búsquedas, citas, “shares”, reseñas y comentarios generan en la red. Porque para que tu guía sea realmente definitiva, tiene que abordar un tema del que haya mucha gente hablando, de modo que tu entrada definitiva y triunfal al ruedo sea verdaderamente impactante y provoque los miles de millones de aplausos virtuales que obviamente tu perfección merece, así como el eclipse automático e inevitable de esos otros improvisados. Porque lo definitivo es conclusivo y concluyente, tanto como exclusivo y excluyente. ¿Verdad?

Quinto:

Dedica un tiempo a recopilar todas las guías (definitivas o no) que otros autores hayan propuesto sobre el tema que tratarás. Agrega a tu lista algunos de los posts que más lecturas, “shares” y “comments” tengan. Crea una carpeta con todo ello, y casi estás listo.

Sexto:

No te queda otro remedio: LEE. Revisa concienzudamente todas y cada una de las guías definitivas, las no definitivas, las más completas, las máximas contribuciones, y tal vez, si muyyy casualmente lo merecen, dos o tres del resto de los posts que algunos de nosotros, los humildes aprendices, tal vez (¡solo tal vez!) hayamos escrito — y muy eventualmente, aportado algún mínimo valor con ellos- en el ámbito de TU EXCLUSIVO EXPERTISE.

Séptimo:

Tampoco tienes otro remedio: ESCRIBE. Toma nota de los múltiples puntos comunes que inevitablemente se repiten en todos ellos como “aportes originales”; haz lo posible por incorporarles un toque diferente en cuanto a estilo (¿tienes uno?) y uno o dos casos de estudio que tal vez hayas leído (porque muy probablemente alguien tan perfecto y protocolarmente ocupado como tú no tenga tiempo de prestar servicios profesionales reales de los que pueda extraer datos, sistematizarlos como información, transformar esta en conocimiento transmisible, asimilable, reproducible y aplicable, y escribir verdaderos casos de estudio). Y con tales ingredientes, prepara un post bien largo cuyo inevitable título será, por supuesto, “Tema Tal, Porcual y Mascual: LA GUÍA DEFINITIVA”. ¡Obvio!

Inciso 7-a: ¡Muy importante! Si algún contenido de los varios y diversos que has “curado” — que no currado (un afectuoso toque lingüístico a mis amigos españoles)- para elaborar tu guía definitiva, te parece lo suficientemente brillante, sólido, valioso, impactante, trascendente y llamativo como para figurar en tu guía “tal cual” (caso extraordinariamente raro e improbable, porque TÚ eres TÚ, pero concedamos que todavía posible), pues…no tengas el menor reparo en copiarlo “tal cual”, y no pierdas tu valioso tiempo y energía en hacer la correspondiente atribución de autoría. No tienes que dar crédito alguno a nadie: la marca personal perfecta eres tú, y los buenos contenidos deben estar siempre asociados a tu marca. ¡Es tu derecho sagrado! ¿O no?

Inciso 7-b: ¡Igual de importante! Que ni te pase por la mente citar ni enlazar en tu guía contenidos de otros autores, por favor. Nadie merece el honor de figurar en las líneas de ninguna propuesta tuya, porque ello podría propiciar que “se les pegue” algo de tu infinita excelsitud, o que por proximidad alguien llegue a confundir a alguno de ellos contigo (¡Diosssssssss!), o implicaría abrirle espacio para acercarse a menos de 25 000 años luz de ti. Y todo aquel que para desgracia suya se dedique a lo que tú te dedicas, tiene que saber muy claramente (y también los públicos del sector) que esos 25 000 años luz son la distancia mínima entre tu perfección como marca y el nivel de cualquier otro. ¡Que lo sepan!

Octavo:

Si tu tiempo de marca perfecta está muy cargado de inevitables obligaciones protocolares, no escribas la guía definitiva tú mismo, ni siquiera hagas el estudio sugerido en los puntos anteriores. Simplemente, contrata un freelancer, explícale bien lo que quieres (o que lo adivine; al fin, tú le pagas, y no tienes por qué desgastarte en pensar ni en explicar nada de nada, cosas estas que gastarían innecesariamente tu precioso tiempo de marca perfecta); envíale por email esta guía definitiva que ahora lees para que sepa cómo escribir la tuya; concerta un plazo de entrega; recibe el producto; revisa muyyyy cuidadosamente si el personaje ha cumplido toooodos los términos pactados -especialmente los relativos al posicionamiento de tu nombre y marca personal perfecta, que es lo que realmente importa-; págale por el trabajo (mmmmmmmmm…¿y el honor de escribir un trabajo que TÚ firmarás, no es ya un pago más que suficiente, y hasta exagerado?); publícalo a tu nombre (¡OBVIO!)…y prepárate para recibir tus tan merecidas loas, reverencias, aplausos y otros variados reconocimientos multitudinarios.

FINALMENTE (modo bonus, # 1):

Que TODAS tus guías sean DEFINITIVAS. Tú eres la última cocacola del desierto. Lo que tú propongas es lo último; luego de ti, nadie más podrá crear algo ni siquiera mínimamente aproximado al nivel de calidad que has logrado. Tú eres un tera/giga/mega gurú, el nuevo Tom Peters, y por tanto, no te toca para nada ni debes sentirte aludido por lo que la reconocida experta Arancha Ruiz ha propuesto hace algún tiempo en su excelente artículo La marca personal no va de gurús. Olvida todo eso. Tu impacto es demoledor, aplastante e incomparable. Tú eres definitivo. Tus guías, también.

Sobre las “guías definitivas” (y sus congéneres y/o parientes cercanos)

Amigo lector:

En mi ya mencionado trabajo anterior Marca personal: conversando con Pablo, ante su pregunta ¿Qué contenidos de la marca personal son humo?, propuse lo siguiente en relación con el subtítulo que encabeza este acápite:

“NOTA AL MARGEN: Salvo unas pocas excepciones, todavía estoy esperando leer una “guía más completa”, “una mega guía”, un “super tutorial”, etc., etc., etc., que en cualquiera de las áreas del conocimiento entre las que más frecuentemente suelo leer y/o investigar en línea, nos ofrezcan algo realmente ORIGINAL y DIFERENTE a lo que casi todo el que trabaja CON SERIEDAD en el mismo campo SABE, SABE HACER, y HA DICHO ANTES sobre los temas que tratan, y que sea, además, verdaderamente innovador, trascendente, disruptivo, “rompedor” de la práctica habitual, constitutivo -o casi- de un genuino “océano azul” por su genuina innovación en el valor aportado, y que por tanto, le haga realmente merecer los pomposos y “autobombóticos” nombres con los cuales han sido titulados por sus autores; es más, ni siquiera en el estilo se puede valorar una genuina diferencia entre muchísimos de estos productos intelectuales.

Por ejemplo: cada vez que leo una “guía definitiva” (debo haber leído bastante más de 100, en español y en inglés, sobre unos cuantos temas; no leo en otras lenguas) y me doy cuenta de que, salvo MUY ESCASAS excepciones (que LAS HAY, y PUEDO DEMOSTRARLO, porque HE HALLADO UNOS POCOS CASOS QUE TÉCNICA, SIMBÓLICA Y MERCADOTÉCNICAMENTE PUEDEN JUSTIFICAR DICHO NOMBRE -por ejemplo, bajo firmas tan sólidas y solventes como las de Antonio Cambronero,Vilma Núñez, y unas pocas más-); cada vez que leo una, repito, y constato que esa ilustrísima y “definitiva” guía es DEFINITIVAMENTE MUY PARECIDA a otras muchas guías que andan por ahí — “definitivaso no- pues…¿Será que nos creen tontos, o que consideran que un adjetivo pomposo e inflado nos puede encandilar? ¿A dónde irá a volar la marca personal de su autor, cuando comprobemos que no hay absolutamente nada en su propuesta “definitiva” que merezca el supernombre con que la ha titulado?

Como he dicho muchísimas veces, EL MARKETING Y SUS EXIGENCIAS NO LO JUSTIFICAN TODO. Si usted pretende venderle al público algo como “definitivo”, sabiendo la tremenda connotación de dicho adjetivo, ocúpese de que el contenido valga el nombre, por favor. De estos lamentables asuntos me estoy ocupando en otro trabajo que espero publicar pronto. FIN DE LA NOTA.”

Ese “otro trabajo” del que te hablo al final de la nota, es este que ahora lees. Lo has notado, ¿verdad?

Veamos los resultados de una breve exploración sobre el tema, efectuada por mí en Google el 4 de junio de 2019. Observa esto:

Esta que acabo de mostrarte es la primera página de una búsqueda peculiar. Al escribir la frase “la guía definitiva” en Google, salen cerca de 60,900,000 resultados en 0.52 segundos. ¿Qué nos indica eso sobre el tema buscado? ¿Qué tan definitivas pueden ser?

Obviamente, todos sabemos algo sobre cómo funciona el buscador, y que una parte significativa de esa abultada cifra no es confiable ni útil a efectos de la búsqueda, por diferentes razones que no vienen al caso; no nos desgastaremos en eso (que además, no es mi tema; ahí nadan en sus aguas los amigos del marketing digital). Solo quería mostrarte una visión general del asunto, para avanzar hacia donde sí se nos enreda un poco.

Mira estos tres ejemplos, temáticamente más específicos:

  • Cuando escribo en Google “guía definitiva instagram”, me salen cerca de 11,300,000 resultados. Las cinco primeras páginas (dejé mi exploración hasta ahí, porque me aburrí; literalmente, me saturé de autobombo) están totalmente repletas de “guías definitivas” sobre varios temas relacionados con esa red, y aunque sea imposible (porque en buena lógica, no debería haber más de una “guía definitiva” sobre un mismo tema, ¿verdad?), resulta que los títulos de unas cuantas de ellas (DE DIFERENTES AUTORES) están REPETIDOS. ¿Qué tan “definitivas” pueden ser?
  • Cuando escribo en Google “guía definitiva facebook”, me salen cerca de 40,400,000 resultados en 0.50 segundos. Las cinco primeras páginas repiten el mismo patrón del ejemplo anterior, inclusive más agudizado; pero se manifiesta un caso muy particular, y es que al parecer hay en algún lugar una academia internacional que enseña a escribir guías definitivas sobre Facebook Adds (nueve guías definitivas acerca de este tema, de diferentes autores, en cinco páginas de Google). Otro caso interesante: como sabemos, a raíz de las conocidas dificultades recientes de la red de Mark, se ha desatado una fuga masiva de usuarios; y en esa línea, se ha identificado un nuevo nicho para los creadores de “guías definitivas”. Hay varias (de diversos autores) acerca de cómo dejar Facebook. Curioso, ¿verdad?
  • Y finalmente, cuando escribo en Google “guía definitiva marca personal” me salen cerca de 20,500,000 resultados. Y aquí se da un caso curioso: no solo es el tema con MENOR FRECUENCIA de “guías definitivas” en las primeras cinco páginas del buscador, sino que muchas de las presentes tratan temas relacionados con la marca personal, pero colaterales, relacionados con herramientas y/o procesos de soporte al personal branding: blogging, marketing digital, gestión de una u otra red, lanzamiento de sitios web, marketing de contenidos, employer branding, etc. Otro hecho curioso es que varias de las “guías definitivas” encontradas TODAVÍA HABLAN DE CÓMO “CREAR” UNA MARCA PERSONAL (!!!), y además, TRES O CUATRO DE LAS QUE ESTÁN EN LA PRIMERA PÁGINA TRATAN LA MARCA PERSONAL Y EL PERSONAL BRANDING COMO SINÓNIMOS (Dios mío). Para no mencionarte una tremenda “guía definitiva” sobre este tema, que tiene 512 palabras incluyendo el título y el nombre del autor…Y finalmente, otra interesante curiosidad, definitivamente muyyyyyyyyy curiosa: NINGUNO DE LOS VERDADEROS REFERENTES MUNDIALES DEL TEMA “MARCA PERSONAL” — autores de libros de referencia, creadores y docentes de postgrados sobre el tema, consultores ampliamente reconocidos, exitosos ponentes en Congresos sobre el campo, etc., etc., etc.- FIGURA COMO AUTOR DE UNA DE ESTAS “GUÍAS DEFINITIVAS” SOBRE MARCA PERSONAL, QUE APARECEN EN MI BÚSQUEDA EN LAS PRIMERAS CINCO PÁGINAS DE GOOGLE. Qué curioso, ¿eh?

¿Qué te dicen estos datos, amigo lector?

Hay algo que deseo destacar. Una cosa es ser un experto muy relevante en un determinado campo del saber (digamos, en el todavía llamado marketing digital) y proyectar en el mismo una potente marca personal de experto — inclusive, MUY BIEN GESTIONADA, como es el caso de la gran Vilma Núñez-, y otra muyyyyy diferente es ser un experto en gestión de marca personal, una condición cuyas salidas más obvias son ejercicios profesionales como la consultoría, la formación y la producción intelectual acerca del personal branding, con toda la gran complejidad temática y metodológica de este proceso. Que hayamos logrado posicionarnos merecidamente como expertos de primer nivel en un determinado ámbito temático, y que nuestra marca personal sea un excelente reflejo de ello, NO NOS HABILITA, NI NOS CAPACITA, NI NOS CONVIERTE EN EXPERTOS NI EN REFERENTES ACERCA DEL BRANDING PERSONAL, NI NOS PONE AUTOMÁTICAMENTE EN CONDICIONES DE ASESORAR O FORMAR A OTRAS PERSONAS SOBRE EL TEMA, lo cual requeriría muuuuuucho estudio, investigación y práctica; en todo caso, nos posiciona como casos de buena y hasta excelente práctica en la autogestión de nuestra marca personal.

Y como ya he propuesto antes, que hayamos conseguido este resultado con nuestro propio modelo de gestión de marca personal,y que este haya funcionado para nosotros, no implica, ni significa, ni determina que otras personas lograrán lo propio si aplican nuestro modelo. Hay mil factores que pueden hacerlo imposible, y de hecho lo hacen. Por ende, NO PROCEDE QUE VENDAMOS NUESTRO MODELO COMO LA SOLUCIÓN UNIVERSAL.

Algunas ideas más sobre las “guías definitivas” y sus parientes más cercanos

Amigo lector:

He pasado tres décadas y media de mi vida escribiendo, leyendo y evaluando (y aprendiendo de ellas, por supuesto) guías que se suponen hechas para guiar a otros seres humanos en determinados desempeños estudiantiles y/o personales y/o profesionales. Tanto en las que hice o hago yo, como en las ajenas, ha habido aciertos y errores, y de ambos he procurado y procuro a diario aprender cuanto pueda.

Y si algo he aprendido de un modo que puedo considerar “absoluto” (yo, que considero y propugno que lo único absoluto es lo relativo), son estas dos cosas:

  1. Que salvo muy raras excepciones que confirman la regla (ya he tocado este tema hoy y en otro trabajo anterior), ninguna guía de ningún autor en ningún tema merece ni debería llevar el calificativo de definitiva. Menos aún en una nueva época en la cual el conocimiento queda literalmente obsoleto de un año a otro…y en algunos temas, también literalmente, de semana en semanay a quien no lo tenga claro, por favor, que explore, revise, lea y estudie un poco; Internet es muy elocuente-.
  2. Que salvo rarísimas excepxiones que confirman la regla, ningún autor de una guía o documento equivalente debería otorgarle a esta un calificativo que implique autovaloración positiva de enfoque comparativo y voluntaria o involuntariamente descalificador de otros productos intelectuales similares o equivalentes. Esa tarea le toca al usuario/lector.

Seamos cuidadosos con nuestra proyección personal. Respetemos la inteligencia ajena; así mereceremos mucho más respeto por la propia, y nuestra marca personal nos lo agradecerá. Porque el SEO pasa, Don Google pasa (y como sabes, ya tenemos derecho al olvido), la mercadotecnia pasa…¡pero nosotros no!

Puedes titular tus productos intelectuales del modo que desees, siempre que no violes derechos de otras personas; ello es lícito, y sobre todo, ES TU DERECHO, Y HASTA TU IZQUIERDO si así lo deseas. Lo que no funciona mucho, en términos de gestión de marca personal, es titularlos de un modo que explicite la real o supuesta superioridad de tu producto — y por lógica extensión, la tuya propia- sobre los demás productos similares y sus autores, cuando tú eres el primero que sabes ( o deberías saberlo) que NO es el caso, que NO ocupas ese sitial, que NO les superas en expertise ni en experiencia ni en resultados, y que solo usas ese recurso para llamar la atención sobre ti y tu marca…y eventualmente, ver si “se te pega algo”. ¿Y sabes qué? ESO NO FUNCIONA. Porque cuando te leemos, te descubrimos: NOS SORPRENDES DESFAVORABLEMENTE, NOS DESENGAÑAS, Y NOS DECEPCIONAS.

Aunque tú tienes todo el derecho a hacerlo, yo, Vladimir, te digo hoy, con la más sana intención de ayudarte, que SI TÚ NO ERES UN VERDADERO, LEGÍTIMO, AMPLIAMENTE RECONOCIDO Y VALIDADO REFERENTE DE TU CAMPO, titular así esos textos portadores de tus insuficiencias profesionales, sobrevalorar así esas propuestas carentes de una calidad que justifique dicho título, NO ES BUENO PARA TI. No es correcto. No luce bien. No te hace bien. Y tal como es TU DERECHO COMO AUTOR titularlas así, ES NUESTRO DERECHO COMO LECTORES calificarte a tino a tu producto, sino a ti- como una persona arrogante, vanidosa y prepotente. Y tu marca personal, pues…Te lo dejo hasta ahí.

Para ganar en claridad, te lo ejemplifico más, y amplío un poco el espectro de títulos en análisis.

Porque no solo se trata de lo definitivo aquí: hay otras variantes tal vez un poco menos pretenciosas, pero no mucho. Solo un poco. Veamos.

No es lo mismo escribir “Guía Completa” o “Completísima Guía”, que escribir “La Guía más Completa”, ni, por supuesto, “La Guía Definitiva”. En los dos primeros casos (“completa” y “completísima”), hay una autovaloración cualitativa positiva del producto, que puede funcionar más o menos bien como recurso mercadotécnico, pero esas formulaciones no resultan explícitamente comparativas, no descalifican a nadie ni establecen superioridad a priori sobre otros productos similares, dejando el campo abierto a otras posibles completas o completísimas guías. En mi opinión — al margen de mi gusto personal; pues obviamente, no me gusta-, usar estos términos es un recurso válido, entre otras razones porque reconozco y admiro la tremenda suficiencia y competencia profesional de algunos colegas — y hasta algún que otro amigo- entre quienes así lo hacen: VERDADEROS REFERENTES EN SUS RESPECTIVOS CAMPOS. ¡Y podría citarte varios nombres, además de los ya mencionados hoy!

Sin embargo, al escribir “la más completa”, estás de facto calificando a las demás como “menos completas” que la tuya. En términos estrictamente literarios, el vocablo más, en tal contexto, funciona como lo que es: un adverbio comparativo de cantidad, en nuestro tema extensivo a calidad; y en términos no literarios, sino únicamente humanos y relacionales, suena literalmente como una demostración de egolatría, arrogancia, vanidad y prepotencia. Cuando no de IGNORANCIA, porque salvo que se trate de un tema ABSOLUTAMENTE NUEVO sobre el cual se haya escrito muyyyyyy poco — y que TOOOOOODO ELLO haya estado y esté a tu alcance inmediato- es LITERALMENTE IMPOSIBLE que hayas leído, estudiado y analizado ABSOLUTAMENTE TODAS LAS DEMÁS guías que existen acerca del tema, para poder efectuar tal comparación y hacer dicha afirmación: que la tuya es “la más completa”.

Y sobre las llamadas “definitivas”, ya sabes cómo pienso al respecto. ¡Y caben muchos otros posibles ejemplos para ilustrar este tema!

He leído en la red durante los últimos 8 o 10 años una cantidad indeterminada, pero definitivamente grande, de guías “completísimas”, “más completas”, y por supuesto, “definitivas” (te ahorro otras denominaciones tipo mega, super, etc.). Y te puedo decir, repetir, reiterar, desde mi experiencia y desde el fondo de mi alma de maestro, que solo muyyyyy pocos entre los autores de tales productos intelectuales tienen el background suficiente para que sus guías merezcan y lleven tales denominaciones (más adelante te comento algo breve sobre ello).

Te propongo solo cuatro razones (hay muchas más):

  • La primera: Porque al autor de algo como eso se le supone un alto grado de originalidad. No tiene sentido crear un producto así sin haber investigado lo suficiente como para poder proponer DESDE TU INVESTIGACIÓN, TUS PROCESOS y TU EXPERIENCIA, todo lo cual debería permitirte aportar resultados TUYOS, y no meras repeticiones, recopilaciones, y en los peores casos, copias más o menos fieles de los resultados DE OTROS. NOTA: Muyyyyy pocos autores de productos como los que hoy analizo para ti cumplen este criterio.
  • La segunda: Porque dichos resultados deberían ser de una calidad, confiabilidad, pertinencia e impacto tales, que luego de su publicación PASARA UN TIEMPO LARGO (o inclusive, MUY LARGO) antes que alguien pudiera proponer (se atreviera a proponer) algo nuevo o significativamente diferente a lo propuesto en ese producto intelectual. NOTA: Muyyyyy pocos autores de productos como los que hoy analizo para ti cumplen este criterio (y poquííííísimos de los productos lo cumplen).
  • La tercera: Porque la producción intelectual del nivel de una “guía definitiva” y sus parientes, debería ser SIEMPRE el fruto de una verdadera, contrastable, sólida, fértil y demostrada experiencia acumulada en el tema del cual aquella trate. Como he planteado antes, “…un experto produce y difunde información y conocimiento relevante sobre su campo en diversos formatos -libros, artículos en diferentes medios, audios, vídeos, presentaciones en múltiples formatos, comparecencias en distintos escenarios, etc.- y esa producción, bien comunicada y mercadeada, lo posiciona como experto y lo hace atractivo a quienes pueden demandar servicios profesionales en su área de expertise. Porque quien es capaz de crear conocimiento relevante en un campo, generalmente tiene con qué ayudar a mejorar procesos y obtener resultados en dicho campo”. NOTA: Muyyyyy pocos autores de productos como los que hoy analizo para ti cumplen este criterio.
  • Y la cuarta: Porque algo tannnnn sólido y contundente como una “guía más completa”, una “completísima guía”, o una así llamada “guía definitiva”, se suponen asociadas al expertise de alguien cuyo dominio temático y su absoluta preponderancia en el campo NO ADMITEN DISCUSIÓN NI GENERAN DISCREPANCIA, sino al contrario, UN ABSOLUTO CONSENSO (es decir: estamos hablando de UN VERDADERO EXPERTO); pero que además, casi literalmente, NO TIENE COMPETENCIA (de competir, jejeje; evidentemente, si es el caso, le soooooobra de la otra). NOTA: Muyyyyy pocos autores de productos como los que hoy analizo para ti cumplen este criterio.

Y todos sabemos cómo se siente uno cuando recibe ese tipo de información, tan pretenciosamente así denominada, proveniente de alguien que no está ni de lejos suficientemente calificado para emitirla, ¿verdad?

Como te dije antes, podría citarte unos pocos nombres más de autores que han propuesto algunos productos intelectuales bajo esos títulos, y definitivamente, tienen con qué hacerlo; te he mencionado solo dos (Vilma y Antonio), y puedo asegurarte que AMBOS CONSTITUYEN UN EXCELENTE RASERO PARA MEDIR Y EVALUAR A OTROS. Y ahora te agrego que podría mencionar muchííííííísimos nombres más de autores que lo han hecho y no tienen absolutamente NADA con qué sostener la pretensión que los nombres de sus “definitivas” guías definen y proyectan. Pero en este último caso, yo prefiero dejarte a ti pensando al respecto, y sobre todo, DEJARLOS A ELLOS PENSANDO AL RESPECTO.

A modo de conclusión

Amigo lector:

Espero que mi propuesta de hoy, tanto en su zona “propositiva” (mi “guía definitiva”, jejeje) como en la analítica, te haya aportado algo de valor para tu vida “personal” y/o “profesional” (¿de verdad alguien puede separarlas?), especialmente en lo atinente a tus procesos de producción intelectual asociados a la gestión de tu marca personal; y espero que podamos continuar conversando al respecto, sea en los comentarios del post o en las redes que compartimos.

Si algo me parece clave en todo esto es sugerirte que procures equilibrio entre tu ser, tu hacer y tu logro (las tres dimensiones del modelo con el cual yo trabajo la gestión de marca personal, generadoras de su impacto y propiciadoras de su trascendencia). Si las dos primeras variables aún no te colocan al nivel de poder ofrecer productos de alto impacto, pues no los titules como si lo fueran. Una recomendación muy pertinente al sentido de mis propuestas es esta del Maestro Andrés Pérez Ortega, respondiendo la sexta pregunta que le hicieron en una entrevista de 2013, sobre su libro Te van a oír:

“6. ¿Cuáles son los 3 errores más graves a la hora de querer “hacerse oír”?

Primero. Confundir la promoción de lo que hacemos con el autobombo. Creo que desde la primera página he dejado claro en el libro que no se trata de hablar bien de uno mismo, sino de mostrar lo que somos capaces de hacer para que otros sean quienes lo juzguen y lo divulguen”.

¿Te suena conocido, amigo lector? ¿Te suena a algo como “DEJA QUE SEA EL LECTOR QUIEN DECIDA SI TU GUÍA ES ‘DEFINITIVA’ O NO LO ES”?

Quiero dejarte como cierre unas ideas “autorrobadas” de otro post de próxima publicación en este blog. Pues me he dado cuenta de que funcionan para mi tema de hoy, y ya veremos si cuando vaya a publicar el otro las repito o se me ocurre algo nuevo, jejeje…Tienen como fundamento una inmensa cita del más universal de los cubanos, nuestro José Martí, que constituye su cierre.

¡Aquí las tienes!

Tengo clara conciencia de que leer críticas no siempre es agradable, sobre todo si en algo, o en mucho, atañen al desempeño propio. Escribirlas, tampoco: todos quisiéramos poder decir y ponderar solo lo bueno, y ello sería posible si fuese bueno todo lo existente. Pero lamentablemente, no es el caso, sino el opuesto; y cuando ejercemos (y lo amamos) en un campo de ejercicio profesional y en poco o mucho o todo vivimos de este — o aunque no lo hagamos, sus espacios nos permiten expresarnos, compartir, contribuir y trabajar para aportar algún valor de utilidad social-, pues toca defenderlo, protegerlo, cuidar mucho y aupar en lo posible su marca social y su impacto en el contexto.

Lamento que tal vez algunas personas puedan considerar las críticas implícitas o explícitas que aquí he efectuado, como un ataque de índole personal (o de cualquier otra) a sus prácticas y creaciones. No es ni será nunca esa la intención, y ofrezco sinceras excusas a quienes así lo consideren, aunque no me desdigo ni un ápice de lo expresado (debo decirte que en los pocos y raros casos en que yo tengo que atacar — porque no me dejan opción-, soy MUY EXPLÍCITO Y DIRECTO: voy directo y de frente, no ando con rodeos ni insinuaciones, y me he buscado unos cuantos problemas por eso, y estoy dispuesto a reincidir en ello mientras viva).

Sucede que con los años y la experiencia he aprendido a responder solo algunos ataques muyyyyy selectos, dependiendo de quien vengan; y te dejo al respecto el consejo de que no todo el que te ataca merece tu respuesta ni es digno de ella, sobre todo si su ataque es inmotivado y tú no lo has merecido. Mi única intención de hoy, y de siempre, es aportar algo al desempeño colectivo en este inmenso espacio de desarrollo que todos compartimos y necesitamos para crecer; desempeño colectivo que inevitablemente depende de todos y cada uno de los individuales.

Y no creo yo que se pueda crecer mucho, ni aportar al crecimiento de otros, actuando de algunas o todas las maneras que aquí estoy sugiriendo mejorar. Porque además, estoy proponiendo cómo hacerlo, desde mis muy disfrutados 34 años de trayecto y experiencia como maestro, enamorado de lo que hago y fiel a su esencia desarrolladora.

Y finalmente, a quienes sientan la crítica como algo negativo o generador de enemistades, y no como camino sano y limpio al crecimiento bueno; y también a quienes la asumen, reciben, asimilan y ejercen con el amor que implica el deseo de crecer, o el de contribuir, y/o con la gratitud inherente cuando así toque, les dejo con esta cita del inmenso y eterno José Martí, Apóstol de mi Patria bella (las negritas de la cita son mías). ¡Les va de corazón!

“A hacer crítica viniera y no justicia, si por crítica hubiera de entenderse ese mezquino afán de hallar defectos, ese celo del ajeno bien, ese placer del mal ajeno, huéspedes ciertamente indignos de pechos generosos. Crítica es el ejercicio del criterio. Destruye los ídolos falsos, pero conserva en todo su fulgor a los dioses verdaderos. Criticar no es morder, ni tenacear, ni clavar en la áspera picota, no es consagrarse impíamente a escudriñar con miradas avaras en la obra bella los lunares y manchas que la afean; es señalar con noble intento el lunar negro, y desvanecer con mano piadosa la sombra que oscurece la obra bella. Criticar es amar, y aunque no lo fuera, no está en que iniciemos época favorable a la agitadora y dura crítica: que en las horas de riesgo y de combate, cuando las penas de la lucha vienen y tintan el ánimo sereno, cuando no sobre firme tierra sino sobre arena movilísima, fresca a trechos y oscura descansa el pie agitado, es ley suprema, urgente y salvadora, la hermosa ley de amar.”

Recibe como de costumbre el más cordial y afectuoso brand/abrazo de tu siempre amigo…

Vladimir

--

--

Cubano. Padre. Académico. PhD. Mentor profesional internacional, RGM. Consultor. Comunicador. Miembro fundador de Personal Branding LATAM. Blogger académico.